10 noviembre 2008

Pañuelos negros

“Se solicita que todos los que participen traigan un pañuelo negro en la cabeza para que sepan que somos víctimas del dolor, de la delincuencia que mata y roba impunemente.” El texto circulo por mail para convocar a otra “Marcha contra la inseguridad” el domingo, a las 19, frente a la residencia de Olivos. Los promotores invitan a participar y adelantan que está en formación “la mesa de enlace por el tema seguridad”. Para empezar a darle forma a esa idea y garantizar participación se reunieron ayer Alfredo De Angeli, pionero de otra mesa de enlace: la rural; el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, y Constanza Guglielmi, quien actuó de anfitriona ocupando el lugar vacante del devaluado Juan Carlos Blumberg.
En una jugosa editorial publicada en Pagina 12 Eduardo Aliverti hace referencia a la cuestion y dice: -En el mismo sentido, la marcha de los “pañuelos negros” frente a la residencia presidencial de Olivos, por parte de víctimas de delitos urbanos, cuenta también con el concurso de quienes se enfrentan a las retenciones agropecuarias y al cambio del sistema de jubilaciones. ¿Alguien le pregunta a De Angeli qué cuernos hace en una manifestación de víctimas de la inseguridad, en la que además participa como organizador? No. ¿Está mal que organice y participe? No, está perfecto: es un actor político en legítima función de desgastar a su oponente. ¿Alguien le pregunta a un rabino qué hace jugando un papel público contra la vuelta de las jubilaciones al Estado? No, y se copia la secuencia de respuesta anterior. Lo que resulta vomitivo es el cinismo de disfrazar esa tarea de opositor activo bajo el antifaz de la mera indignación como “simple ciudadano”. Lo que no se aguanta es que quieran ignorar como si tal cosa el subtexto de convocar, en la Argentina, a una marcha con pañuelos que no sean blancos. La producción de sentido que eso significa. El proyecto político que eso quiere decir. Texto Completo