"Viva el cáncer", era una de las recordadas escrituras que se leían en muros de la Ciudad de Buenos Aires a principios de los años 50 y hasta el golpe de Estado de 1955 (ver). Se puede estar tan enfermo de odio, se puede ser tan miserable. La oposicion se puede nutrir de tamaña basura, oligarca y golpista. Es sano para la democracia, para las instituciones y la republica (que tanto dicen defender) cobijar este tipo de personajes nefastos. Digo que es un enfermo, como tantos otros, para evitar recurrir a insultos y agravios. Pero en memoria de mis abuelas y mis padres quisiera expresar mi mas profundo repudio a esas expresiones. Dejando de lado las formas y el lenguaje, Biolcati son un "hijo de puta".