28 abril 2011

No se rompen, pero como se doblan



"Que se rompa, pero que no se doble" fue la frase medular del testamento politico de Leandro N Alem a sus correligionarios. Los actuales dirigentes, del centenario partido, se ubican lejos, bien lejos de estas premisas. A saber: cuando Cobos integro la formula junto a CFK el partido lo sanciono "de por vida". Pero ... vino el voto "no positivo" durante la 125 y el "vice opositor en ejercicio" (con ayudita de Clarin y TN) recobra protagonismo. La UCR cree conveniente levantar la sanción (esa que era de por vida) y volver a contar entre sus filas al mendocino para las proximas elecciones. El tema es que Ricardo Alfonsin, que ya usaba las camisas y trajes de su padre, estaba convencido que el próximo presidente de todos los argentinos, seria el. Como si esto fuera poco poco, aparece en escena Sanz (el que gano un poco de pantalla monopolica cuando dijo que la AUH se iba por la canaleta del juego y la droga) que también quiere ser candidato. Ok, vamos a una interna partidaria y que los afiliados decidan al candidato. Pero ... Cobos no esta demasiado convencido y decide no participar. Sanz se larga con todo, sin llegar demasiado lejos. El partido, decide no perder mas tiempo y proclama a Ricardito candidato. La corporacion mediatica (Clarin y La Nacion) le exije que se unan, de los contrario tenemos K para rato, le hacen saber. Ricardito se muestra euforico exultante, con un peronismo disidente que implociona (Duhalde, los Saa y Cia "papelon mediante"), sueña con ser el unico candidato opositor. Se propone entonces, en primer lugar, reunir a los radicales dispersos (Stolbizer - Carrio), mucho no suman pero ... Y va mas alla, por que no invitar a los disidentes peronistas. Ojito, con De Narvaez si, pero el limite es Macri. Stolbizer dice ni Macri, ni De Narvaez. Entra en escena Sanz y Aguad, por que no Macri, De Narvaez y hasta el propio Duhalde ? Ricardito se corrige, claro que si ... todos pueden venir. Para entonces la mesa estaba servida desde mucho antes, Magnetto y Mitre sonríen y depositan sus esperanzas en la figura del hijo del Padre de la democracia.