16 noviembre 2014

Sobre el conflicto y el consenso

Hay que abrir la cerrazón K/anti-K. Hay que pedirles que se busquen un nombre y unas ideas propias, algo que los defina a partir de sí mismos y no del Otro odiado. Hay que insistir en el diálogo. Porque el odio es la muerte de la democracia. Y la muerte de la democracia es la violencia. Ya lo vivimos. Y hay lugares a los que es injustificable volver. Por José Pablo Feinmann (ver)