25 agosto 2010

Los dueños del papel

Clarín y La Nación reconocieron ayer ser los “controladores de la información” y dejaron trascender que la pelea con el gobierno por la empresa Papel Prensa está relacionada con la disputa por “controlar el papel”.
"Controlar el papel es controlar la información, y esto es lo que el Gobierno viene buscando a través de varias herramientas: la propaganda oficial, la ley de medios, el control del acceso a la información, el manejo militante de los medios públicos y la multiplicación de los medios paraoficiales". A confesion de parte relevo de pruebas.

En una desenfrenada carrera por difamar al gobierno que jaquea sus intereses económicos, los medios tradicionales no dudan a la hora de comparar al kirchnerismo con el dictador Emilio Massera y con el nazi Joseph Goebbels.
Clarín y La Nación reconocieron ayer ser los “controladores de la información” y dejaron trascender que la pelea con el gobierno por la empresa Papel Prensa está relacionada con la disputa por “controlar el papel”.
En la desenfrenada carrera mediática por desprestigiar al gobierno que pone en juego sus intereses económicos, los principales medios decidieron ahora difundir una proclama conjunta (que ambos publicaron en sus tapas de ayer), bajo el título: “Una historia inventada para quedarse con Papel Prensa”. Y, en medio de las difamaciones más terribles, como comparar medidas del gobierno democrático con las de Emilio Massera o decir que se actúa bajo “las máximas” del publicista nazi Joseph Goebbels (“miente, miente, que algo quedará”), los máximos referentes de la concentración mediática se detienen en poner el acento en que “la compra de Papel Prensa no se hizo durante la persecución a la familia Graiver”, porque “los integrantes del Grupo Graiver fueron ilegalmente detenidos cinco meses después de la venta de Papel Prensa”. No explican, Clarín y La Nación, los detalles de la operación económica ni por qué los principales medios de comunicación debían ser los dueños exclusivos del papel, en desmedro de sus competidores.
La misiva dice: “Los accionistas privados de Papel Prensa venimos denunciando desde hace casi un año un plan del gobierno nacional para apropiarse de la compañía y controlar el papel para diarios, insumo esencial de la prensa libre. Controlar el papel es controlar la información, y esto es lo que el Gobierno viene buscando a través de varias herramientas: la propaganda oficial, la ley de medios, el control del acceso a la información, el manejo militante de los medios públicos y la multiplicación de los medios paraoficiales. En los últimos días, esta intención de avasallar el derecho de la sociedad a la libre elección y expresión se reveló de manera muy clara con la cancelación de la licencia de un proveedor de Internet.”
Y acusan: “Esta misma matriz autoritaria y de control mediático es la que se viene revelando en Papel Prensa. El Gobierno ha elegido varios mecanismos para cumplir su cometido, y también ha elegido un personero para todos los frentes, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que ha sido denunciado penalmente por La Nación y Clarín por llevar adelante un plan ilegal para hacerse de la compañía.” Y dice que el funcionario “lidera una falaz investigación sobre la historia de la compañía, buscando convertirla en un caso de derechos humanos y de delitos de lesa humanidad, algo que le fue ordenado desde lo alto del poder y que resulta inconcebible hasta en las especulaciones más maquiavélicas.”
Agregan que: “Los integrantes del Grupo Graiver, vendedores de la empresa, fueron ilegalmente detenidos 5 meses después de la venta de Papel Prensa y por imputaciones ajenas a este tema. Al momento de esa operación, los Graiver estaban libres: no habían sido secuestrados ni torturados ni amenazados por la dictadura gobernante.”
Luego cuentan pormenores de la “historia oficial” de la operación y se explayan: “Desde que se reveló el plan del Gobierno para apropiarse de la compañía, los voceros oficiales y sus aliados circunstanciales vienen cambiando su discurso cuantas veces fuera necesario para intentar instalar una mentira que resulte incomprobable o al menos deje sembrada una duda. Siguiendo la máxima de Joseph Goebbels, el padre de la propaganda nazi, ‘miente, miente, que algo quedará’, primero dijeron que la empresa se vendió con los Graiver secuestrados; después, que se hizo un intervalo de su secuestro, y finalmente, que fue bajo presión de los diarios (…) El objetivo para la cúpula del poder es obvio: una nueva manera de ir contra la prensa independiente. Papel Prensa fue una empresa perseguida por el entonces almirante Emilio Massera –quien logró intervenirla– y ahora por los Kirchner y por Moreno. La frase de este último, ‘aquí no se vota’, proferida a los gritos en la última asamblea, es una buena metáfora para comprender las semejanzas de quienes buscan o han buscado controlar la información en la Argentina.”
Y concluyen pidiendo ayuda a sus socios, los opositores políticos: “Es de esperar que la manipulación de los derechos humanos, la mentira lisa y llana y la persecución de raigambre autoritaria encuentren rápidamente un freno decidido en las instituciones de la democracia.” (Ver)