26 febrero 2012

Si hay que debatir, debatimos


Soy de los que cree que el actual modelo, iniciado en el 2003 por Nestor Kirchner y que en la actualidad continua y lidera la presidenta CFK es claramente superador a todo lo que hemos visto y/o padecido en los ultimos 50 años. Por esa razón (y mas alla de correcciones o cuestiones aun pendientes - que las hay) quienes se oponen con inusitada virulencia, recurren a todo tipo de artilugios, tendiendes a desmoralizar, esmerilar, el proyecto nacional, popular y democratico. Para ello recurren y despliegan los diferentes poderes con los que cuentan: el mediático, el económico-financiero, pero por sobre todo ... el cultural. De alli se desprenden categorias de pensamiento opuestos a los intereses de todos los argentinos y que solo sirven a unos pocos. Sucedió durante la "guerra gaucha" por la 125 o durante el debate, sanción y posterior aplicación (aun pendiente en su totalidad) de la ley de servicios audiovisuales. A diario vemos como cualquier control que el estado pretenda ejercer sobre el capital concentrado, desde Clarin se describe como una "enbestida" oficial. Si hablamos de juicios a represores, para los medios hegemonicos (y sus escribas) se trata solo de una sobre-actuación destinada a "ocultar" otras cosas mucho mas importantes. En editoriales de La Nacion han llegado a coincidir con las recientes declaraciones del genocida Videla cuando dicen: "este gobierno no busca justicia, sino revancha". Y mas livianamente, pero no menos peligroso, algunos periodistas se dieron el lujo de vociferar: "me tienen harto con la dictadura". Es decir, en cada acto reparador, sea politico, social o economico este poder (oculto, agazapado, pero omnipresente) recurre a la tergiversación y la mentira. Con la causa Malvinas parecía que (mas alla de matices, contradicciones y auto-criticas) todo argentino debia estar de acuerdo, por el solo echo de haber nacido en estas tierras. Pero ... asi como estos sectores desacreditan los avances en materia economica y social, que hemos alcanzado, no podian estar ausentes en esgrimir argumentaciones contrarias al sentimiento nacional. La via pacifica (que nuestro gobierno propone, con el aval de buena parte de los paises del continente y la ONU) para hacer valer nuestros derechos sobre Malvinas, tampoco les cayo en gracia y lo interpretan como "bravuconadas patrioteriles". Hubo un gesto, que se resume en la convocatoria que la presidenta realizo a todas las fuerzas politicas (las cuales acudieron) y que por ello fueron duramente criticadas por corporaciones mediaticas, intelectuales y politicos que responden a intereses que no son los mios. Los mismos politicos e intelectuales que firmaron el documento a favor de los kelper´s y presentado como "Malvinas, una vision alternativa", es una prueba de ello. Admito que mi primer reacción fue la de catalogarlos de "cipayos", una terminologia que Beatriz Sarlo (una de las firmantes) se encarga de catalogar como en desuso ¿ ? y que los periodistas Blanck y Van der Koy (en TN) le festejaron. En su extraña lógica republicanista reclaman dialogo y debate, aunque curiosamente en las redes sociales no dejan de insultar, maldecir y despilfarrar odio. Lo cierto es que, como dice Horacio Verbitsky en su editorial de los domingos en Pagina 12: "Llamar a los firmantes gurkhas, cipayos, colonizados, quinta columna o traidores no es la mejor manera de rebatir sus endebles argumentos". (ver editorial)