17 julio 2013

A la vaca la prefieren muerta

Anunciaron el acuerdo entre YPF y Chevron. Dice Clarin: Peron y Cristina con una misma piedra en el zapato. No mencionan la hipocrecia de la oposición, igual que en 1955.
No está en discusión la pulcritud de antecedentes de Chevron, lo que importa es la capacidad del Estado para imponer el interés nacional y social  (ver)
El investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad consideró hoy "muy positiva" la iniciativa del Gobierno de promocionar inversiones para la explotación de gas y petróleo. Critican si se toman medidas y tambien si no se toman (ver)
Sturzenegger presidente del Banco Ciudad y precandidato a diputado nacional del PRO, manifestó su rechazo a la llegada de inversiones al sector energético, como impulsa el Gobierno nacional a través del nuevo régimen de estímulo a las petroleras. (ver)
Clarin critica la medida en su seccion IEco y dice: Chevron: de Perón a Cristina, como una piedra en el zapato. "Y ahora, es la Presidenta Cristina Kirchner la encargada de repetir la historia: después de algo más de un año de criticar, presionar, amenazar con la quita de concesiones y hasta “nacionalizar” YPF, aplicó reformas en el marco regulatorio del sector favorables a las empresas con el objetivo de atraer inversiones internacionales". (ver) Recordemos que el mismo suplemento económico criticaba duramente la falta de inversión privada.

Pero en algún punto tienen algo de razón y la historia se repite, sobre todo por la postura hipócrita de la oposición. Cuenta El Forjista: Sobre el golpe de estado del 55 y los contratos petroleros (ver fuente)
La industrialización acelerada del país requería un esfuerzo energético lo que hasta el momento había significado un drenaje de divisas por importación de petróleo. La nacionalización de la economía desmentía cualquier suposición de “entreguismo” por parte de Perón, pero para la oposición la oportunidad de cuestionar al gobierno no podía ser desaprovechada. El 9 de mayo de 1955 Perón envió al Congreso el contrato firmado para su aprobación. Una ironía de la historia quiso que fuera el presidente del Comité Nacional del radicalismo y futuro presidente de la República quién el 27 de julio al dirigirse al país por radio cuestionara los contratos, decía Frondizi: “enajena una llave de nuestra política energética, acepta un régimen de bases estratégicas extranjeras y cruza parte del sur del territorio patrio con una ancha franja colonial, cuya sola presencia –si el convenio se sancionara- sería una marca física del vasallaje”. Aquí se comprueba lo que señalamos en el sentido del criterio de agitación en el que vivía la oposición que se oponía a cualquier decisión del gobierno, Frondizi una vez llegado a la presidencia hizo exactamente lo contrario que le exigía al peronismo, peor, lo realizó de manera indiscriminada y sin que el Estado controlara los resortes básicos de la economía. Desde la izquierda, el radicalismo y desde la derecha los nacionalistas cuestionaron el proyecto que fuera enviado al Congreso para su tratamiento y que no pudo ser discutido porque el golpe de estado lo impidió. El contrato era cuestionable, de hecho lo fue por sectores internos del peronismo, hubo legisladores como John William Cooke y otros que se oponían terminantemente a aprobarlo, pero una de las cuestiones destacables del peronismo fue su disposición a discutir el tema con total libertad, incluso Perón al ver la resistencia que se levantó solicitó a la California una revisión de los mismos. Pero lo que tratamos de mostrar aquí es el carácter hipócrita de la oposición que había resistido y criticado las nacionalizaciones del peronismo pero que ahora se colocaba la camiseta del nacionalismo para oponerse a esta medida del gobierno.