El diario O Globo se arrepiente de haber apoyado el golpe de 1964. El texto reconoce como "un error histórico" el amplio soporte mediático que le dio a los militares que gobernaron Brasil por 21 años. Por su parte el presidente chileno, Sebastián Piñera, recordó que hay "muchos cómplices pasivos", como jueces y periodistas, en las graves violaciones a los DDHH ocurridas durante la dictadura de Pinochet (ver) En nuestro país el Grupo Clarin, también socio de la dictadura civico-militar, lejos de una autocritica dice ser el garante de la libertad de expresión (ver) Lo que nadie se pregunta (ver)