Han cambiado los personeros, han cambiado sus necesidades pero sigue vivo, aunque herido por años de política popular y democrática, un mismo proyecto oligárquico de país, lejos de los intereses del pueblo y en las antípodas de un proyecto estratégico de emancipación nacional y latinoamericana. En esta historia de proyectos antagónicos, de poderes en pugna es preciso, al ver el busto de Repetto, recordar que ese monumento, que mira a nuestro Palacio de Justicia (esa Justicia que aún espera su proceso de democratización profunda) representa a quien fuera uno de los jueces de la Corte Suprema que firmó la nefasta acordada del 10 de septiembre de 1930
10 septiembre 2013
La Corte golpista
Han cambiado los personeros, han cambiado sus necesidades pero sigue vivo, aunque herido por años de política popular y democrática, un mismo proyecto oligárquico de país, lejos de los intereses del pueblo y en las antípodas de un proyecto estratégico de emancipación nacional y latinoamericana. En esta historia de proyectos antagónicos, de poderes en pugna es preciso, al ver el busto de Repetto, recordar que ese monumento, que mira a nuestro Palacio de Justicia (esa Justicia que aún espera su proceso de democratización profunda) representa a quien fuera uno de los jueces de la Corte Suprema que firmó la nefasta acordada del 10 de septiembre de 1930
editado por
el club de las noticias