El comienzo del juicio por el intento de asesinato a Cristina Kirchner y la aprobación de la ley Bases dieron forma a un diagnóstico muy aproximado sobre la crisis o sobre la forma como el país resolvió los conflictos y tomó un rumbo. El resultado es alarmante por la salud institucional de una democracia atravesada por discursos de odio instrumentados por sectores del poder económico que finalmente logran favorecer sus intereses.