En las elecciones presidenciales del año 2003, en primera vuelta, la suma de votos de Carlos Menem y Ricardo López Murphy fue del 40,8%. Es decir, después de la debacle neoliberal, había un sector de la ciudadanía argentina que seguía optando por esta vía conservadora.
En el año 2019, en el peor momento del macrismo, luego de cuatro años de un muy mal Gobierno, en primera vuelta, Juntos por el Cambio obtuvo el 40,2%. De nuevo, un porcentaje parecido que seguía optando por esa misma opción conservadora.
Y ahora, en las legislativas intermedias, el mileísmo obtiene el 40,8% a nivel nacional para Diputados a pesar de los múltiples escándalos de corrupción, de una economía intervenida desde Estados Unidos e insostenible financieramente y de un Mal Vivir generalizado.
Este 40% no falla